Según Ana Guerra, de la AET, Sanidad debería permitir al colectivo enfermero firmar las actuaciones que hace en su día a día, como indicar PCR o derivar a primaria.
La pandemia de la Covid-19 ha puesto sobre el tapete que la prevención funciona y que es rentable. En España, sin embargo, se sigue sin dar a los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales la importancia que merecen. De hecho, no se ha contratado más personal para reforzar estos servicios y tampoco prima el criterio técnico preventivo en algunas actuaciones de la Administración.
La Asociación de Especialistas en Enfermería del Trabajo (AET) está convencida de que los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales son indispensables para salir de esta crisis de salud pública sin precedentes. Así lo cuenta Ana Guerra Cuesta, enfermera del Trabajo, miembro de la junta directiva de AET y presidenta de AET en Castilla y León.
-PREGUNTA: ¿Se está dando ahora más importancia a los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales en la sanidad pública?
-RESPUESTA: No soy optimista con este tema. No he visto contratación de personal para reforzar estos servicios, ni que se prime el criterio técnico preventivo en muchas actuaciones de la Administración. Tal vez se empiece a ver algún día que la salud de los trabajadores es competencia de los servicios de Salud Laboral y de los Servicios de Prevención. Aunque la coordinación con otras especialidades es imprescindible, nuestro punto de vista no lo tienen. Conocemos mejor las condiciones de trabajo, los aspectos relacionados con las medidas de protección necesarias, la necesidad de mejorar las medidas de prevención cuando los resultados de la vigilancia epidemiológica pone de mani esto que las medidas de prevención pueden ser insu cientes… No siempre se tiene en cuenta nuestro criterio. A veces con consecuencias serias.
“Tal vez se empiece a ver algún día que la salud de los trabajadores es competencia de los servicios de Salud Laboral y de los Servicios de Prevención”
Para nosotros la precaución y las medidas de prevención han de ser universales, no en función del diagnóstico. Cualquier atención que requiera contacto estrecho con un paciente, aún sin diagnóstico, se debe proceder con el EPI adecuado, pero hay distintas formas de ver las cosas.
-P: ¿Ha cambiado el protocolo de Salud Laboral para esta segunda ola?
-R: Conseguimos modi car sustancialmente el documento de Prevención y Control de la Infección (no todo lo que nos hubiera gustado), pero en cuanto al procedimiento de los Servicios de Prevención no hay cambios relevantes.
Es un documento bueno, y se mantiene actual para este momento, al menos por ahora. Para las enfermeras del Trabajo debería cambiar en varios aspectos, que tienen que ver más con competencias de la profesión, que con la forma de proceder.
No entendemos que el Ministerio de Sanidad no permita a nuestro colectivo rmar las actuaciones que estamos haciendo en nuestro día a día (indicar PCR, derivar a primaria cuando detectamos un caso o un contacto estrecho, detectar un paciente al que su condición de salud pueda suponer un riesgo a la hora de desempeñar un puesto de trabajo… son cosas que hacemos en el día a día, y en cambio se nos impide rmar esos informes de este protocolo).
-P: ¿Están preparados los Servicios de Salud Laboral en la sanidad pública la llegada de
esta segunda ola?
-R: Sabemos mucho más que antes y ello es un gran aliado. A pesar de que puede ser imprevisible, tenemos camino andado: tenemos formado a todo el mundo; formamos a las nuevas incorporaciones; supervisamos el funcionamiento de los servicios personalmente, incidiendo en las zonas donde se están produciendo más contactos (incluyendo vestuarios, zonas de descanso…); insistimos en la necesidad de reducir el número de contactos y en el mantenimiento de grupos de trabajo estables en la medida que se
puede.
“La precaución y las medidas de prevención han de ser universales, no en función del diagnóstico”
Nuestra prioridad, además de evitar casos, es contribuir activamente en la reducción al máximo posible de las listas de contactos estrechos cuando hacemos los estudios de contactos entre trabajadores, evitando así que tengamos que cuarentenarles.
En nuestra administración, el Ayuntamiento de Palencia, hasta el momento, vamos muy bien y tenemos unos resultados muy buenos, lo que prueba que la prevención funciona y es rentable.
-P: ¿Se ha invertido en desarrollar condiciones seguras para los trabajadores? ¿Es posible cuantificarlo respecto a la primera ola?
-R: En mi opinión se ha invertido mucho, de hecho creo que los presupuestos están desbaratados por completo en las administraciones a causa del incremento de gasto que supone la adopción de todas estas medidas. Ahora tenemos de todo: mamparas, EPI, desinfectante de superficies y productos hidroalcohólicos a precios asequibles y con disponibilidad total.
Se está fomentando el teletrabajo, que es una de las medidas que mejor permite el mantenimiento de grupos estables de trabajo y a su vez posibilita el mantenimiento de distancias entre trabajadores. Pero hace falta una mayor supervisión de los puestos de trabajo, contar con los medios suficientes en los servicios de prevención para poder llegar a todos los trabajadores, a cada puesto de trabajo. Es vital dotar los Servicios de Prevención con más medios humanos para que podamos hacer frente con eficacia al volumen de trabajo que tenemos.
-P: ¿Se ha contratado más enfermeros del Trabajo? ¿Cuántos hacen falta?
-R: No, somos muy pocos, muchos trabajamos precariamente (interinidades o contratos eventuales que duran años). La administración no contrata. No se convocan plazas. Los servicios de Prevención están siendo subcontratados con medios ajenos. Y hay profesionales que sin contar con la especialidad, trabajan en servicios de prevención en puestos destinados a enfermeros especialistas.
La ratio, hasta el año 2011 era de 1.000 trabajadores/enfermero del Trabajo. Con la crisis ese año se subió a 2.000 trabajadores, en detrimento de la calidad asistencial y de la prestación del servicio, sin que haya sido modi cado desde entonces. Es imprescindible reforzar estas plantillas, integrar los Servicios de Salud Laboral en el seno de las empresas y de las administraciones, y para ello hay que volver a la ratio anterior (1.000 trabajadores/enfermero del Trabajo).